Espacios ofrecidos.



Marchamos desvalidos en el silencio

cuando impertérritos se acercan

estos trágicos personajes:

miseria, desamor, pena.



Lastiman y duelen

como la lluvia o el frío.

Una evidencia casi salvaje

patética y estremecedora.



Mas al escuchar el idioma

emitido por la luz, el sol

o el de los pájaros y las flores

nos animan y renacemos.



Entonces se abren nuestros ojos

para ver el rostro de la alborada.

La vida nos ofrece espacios

y entonces los transitamos.


Oscar Néstor Galante.

Nuestro encuentro.


Mis anhelos de hombre
harán que te encuentre una noche
cuando el universo se detenga.
Allí se enlazarán nuestras vidas.

Desvelados por el encuentro,
ungidos por efluvios de deseo,
se entrelazarán nuestras manos
en innegable movimiento.

Sin miramientos habré de deshojar
uno por uno, sin prisa
tus pétalos de rosa
y llegarán a fundirse los ardores.

Anclados en buen puerto
después de atravesar el infinito,
llegarán a chocar con denuedo
mis ríos con tus mares.

Oscar Néstor Galante.

Mis deseos contigo.



Jamás lograré olvidarte

lo sabes acabadamente,

y de sobra lo conozco.

Mas , por si acaso te digo:



Si pensaras olvidarme

hazlo cuando me vaya

y mis cenizas ya vuelen

llevadas por el viento al mar.



Hazlo cuando mi espíritu

deje mi cuerpo ya yerto.

Cuando muertos tus recuerdos

entonces baje al infierno.



Y en el averno, lo juro

aún surgirán mis versos,

evocando lo que fuimos:

en la vida un bello cielo.



Oscar Néstor Galante.



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Perenne, incólume

aprisionas mi corazón partido.

Es fácil saber que eres tú

en esa interminable forma

de abrirme el corazón y hacerlo tuyo.



Te paseas por los senderos

de mi pecho

donde habita mi amor.

Reemplazas la angustia

por murmullos de pasión.



Cuando amanece

damos las gracias

por esa alborada enjuta

que nos da su luz

y nos marca el camino.



Otra jornada en la cual

nuestros pasos analizan

la dulce brisa instalada

en alimento del alma

volando alto.



Oscar Néstor .

A vos viejo.

Un anciano se transforma en un niño

al que hay que cuidar como un tesoro.

Fue tiempo pasado el que añoro

y lo cuido mostrándole cariño.



Antaño me brindó toda su vida

alimento, educación, salud

cuidados en el tiempo e inquietud

todo lo que en él tuvo cabida.



Por eso viejo estoy a tu costado

velando tu salud, mi voz no miente.

Soy tus ojos, oídos de repente.



Hoy tu mente aleja de tu lado

los sucesos mas nuevos, lo reciente

hasta tu habla se torna incoherente.



Oscar Néstor Galante.

Para vos Chango.
Ayer nos dejaste

para irte a vivir

a un lugar mejor.

Mas acorde con tus sueños

de poeta y de cantor.

Ahora vas a cantar

entrecerrando tus ojos

en aires celestiales.

Vas a estar con esos pájaros

que siempre fuiste a buscar.

Aquellos que nunca mueren

pues quedan en los hijos,

en las cosas que amamos,

en los besos que ofrecemos

y en los te quiero que damos.



Oscar Néstor