Escalones


Hoy ofrezco una nueva puerta para entrar al mundo.
¿Acaso no te apercibes que hay un fresco amanecer?
Tendremos un trato muy puro, nada convencional.
Las palabras destilarán una voz distinta, sin igual.
Cuando les permitamos penetrar devendrán mejores.
Para que eso suceda volveremos a lo primigénito.
En la casa que habitamos abriremos las ventanas
Para aprehender una vida rodeados de lo que hay
Y, como antes, saber gozar, sufrir y a estar con
aptitudes cuando nos sorprenda la despedida.
Una fachada de luz sobre el mural del arco iris.

Acontece

En el silencio nocturno
llegan famélicos recuerdos
e ingieren sin prisa
a los antiguos presagios.

A través de mi ventana
veo encenderse estrellas
cada minuto que transcurre
y provocan asombro.
Eso que conocimos en un día
eliminaron nuestras trivialidades.
Ya pasados tantos meses
nos encontramos en cada viaje.
Nuestros deseos de vivir
alcanzan los fulgores del mundo.
Mientras tanto no cambiamos
pero vivimos más felices.
Es en el territorio de tu ternura
donde crece y se agiganta
aquello que está por llegar
y que será mejor cada día.

Un país o una cuadra

Se pueden pensar algunas personas
tal vez como un país, ese que habitaron.
Yo pienso en mi como una cuadra
a la que recorro de lado a lado.
Sé de sus habitantes, veo sus árboles,
cuento sus baldosas y sus aromas.
Noto sus cambios y no es broma
que puedo convocar pues me nace.
Cada tanto uno se va, no sé adónde
y otro llega para así quedarse.
En ese ir y venir voy en mis pasos
para dejar mis alegrías, crear lazos.
Así pasa el tiempo, indiferente,
y llega cada tiempo su buena gente.