Divago

Divago con palabras:
Febrero que me vio nacer,
en una casa y no un hospital,
por eso el aroma a patio
que me atrae cada vez más
y mardel con olor a mar siempre.
Brotan las palabras en aluvión
y nos volvemos a encontrar en los escritos.
No te vayas un febrero.
En el patio soy dueño del cielo.
En él he jugado con mis hijos.
ahora lo hacemos con mis nietos.

Escalones


Hoy ofrezco una nueva puerta para entrar al mundo.
¿Acaso no te apercibes que hay un fresco amanecer?
Tendremos un trato muy puro, nada convencional.
Las palabras destilarán una voz distinta, sin igual.
Cuando les permitamos penetrar devendrán mejores.
Para que eso suceda volveremos a lo primigénito.
En la casa que habitamos abriremos las ventanas
Para aprehender una vida rodeados de lo que hay
Y, como antes, saber gozar, sufrir y a estar con
aptitudes cuando nos sorprenda la despedida.
Una fachada de luz sobre el mural del arco iris.

Acontece

En el silencio nocturno
llegan famélicos recuerdos
e ingieren sin prisa
a los antiguos presagios.

A través de mi ventana
veo encenderse estrellas
cada minuto que transcurre
y provocan asombro.
Eso que conocimos en un día
eliminaron nuestras trivialidades.
Ya pasados tantos meses
nos encontramos en cada viaje.
Nuestros deseos de vivir
alcanzan los fulgores del mundo.
Mientras tanto no cambiamos
pero vivimos más felices.
Es en el territorio de tu ternura
donde crece y se agiganta
aquello que está por llegar
y que será mejor cada día.

Un país o una cuadra

Se pueden pensar algunas personas
tal vez como un país, ese que habitaron.
Yo pienso en mi como una cuadra
a la que recorro de lado a lado.
Sé de sus habitantes, veo sus árboles,
cuento sus baldosas y sus aromas.
Noto sus cambios y no es broma
que puedo convocar pues me nace.
Cada tanto uno se va, no sé adónde
y otro llega para así quedarse.
En ese ir y venir voy en mis pasos
para dejar mis alegrías, crear lazos.
Así pasa el tiempo, indiferente,
y llega cada tiempo su buena gente.

De estaturas y pájaros

De estaturas y pájaros

Tenemos las mismas posibilidades de existir.
Sólo basta atreverse y desarrollarlas sin temor.
Enfrascarse en los múltiples vericuetos vitales
sin vacilar por status que semejan diferentes.
Más sencillo es observar en una tarde de mayo
con resaltos magníficos del sol después del frío
el vuelo limpio y sereno de los pájaros que lo hacen
sin prisa y sin temor alguno, con aleteos y surcan el cielo.
Se escapan en cada momento minúsculos latidos de vida
en los resquicios de las tardes soleadas mientras en su silencio
el aire corre suspendido como una pequeña hemorragia.
El día puede semejar como un corto año donde los aromas
se confunden como me confundo cada vez que vivo.
Ya desterrado de privilegios, sigo apreciando el todo.

¿ En febrero?

No es habitual, no lo es para un jazmín del cabo florecer en el mes febrero. No son piscianos los jazmines, suelen ser acuarianos. Lo tomo como una señal mientras huela su aroma pues pienso que en él eres tú quien se asoma. Eres tú quien ha osado contrariar a los meses. Eres tú quien está viendo lo que ahora estoy sintiendo.

En este día

Dos

Quédate conmigo aún sin esperanzas
ahora que bebí el néctar de tus pechos.
Reposa tus temores y tus nervios
en la tierna melodía de un abrazo.
No importa que tus miedos te alimenten.
Habremos de enjugarlos con ternura.
Tendremos todo un mundo para darnos
en tiempos de verdad y de cordura.
Haremos de confianza nuestro ámbito
hasta alejar ese germen de locura

Poema mudo


En este enero con la ciudad desierta
tengo la casa llena de vos
aunque no estés conmigo.
También poseo la costumbre de llamarte
aún cuando conozco que estás lejos.
Por esa razón te envío este poema mudo
sin pretender nada a cambio.
Despacito, he masticado las letras
con la esperanza de encontrar
una respuesta tan esperada
creyendo, con extraño fervor,
que es posible ser dichoso.

Poemas mudos



Sus ojos, entornados, alejaron primaveras.
Fueron rumbo a un invierno incipiente.
Miraron a su amor por última vez
rodeados por temor e incertidumbre.

Con los suspiros de una tarde moribunda
se escaparon palabras de dudas
pronunciadas con decisión inaudita
y el cansancio fué dueño del futuro.

Dispusieron tachar los recuerdos
no pronunciar más los nombres
alejar amarguras y distancia
en silencios que pronuncian demasiado.

Cuando el otoño decida comenzar
en su alfombra de hojas derramadas
al caminar a diario entre ellas
han de dibujarse poemas mudos.

Te veo como a una flor

Lo sabes muy bien

que escojo la claridad

del nuevo día.

Prefiero el despertar temprano

preparo unos mates mientras

recuerdo tus manos.

También la sinfonía

de todos los mimos

que nos dimos ayer.

En mi recorrida

por el jardín

te veo como una flor.

Una astromelia

que se mete en nosotros

saludando al amor.